Su conocimiento se remonta al año 3000 a.C., (opio, adormidera), podemos destacar que cuenta la leyenda que Zeus, fulminó a Esculapio, Dios de la medicina, porque éste mismo reveló a los mortales el secreto de las virtudes de una planta conocida como adormidera, aquí podemos observar como ya en el Imperio Romano el opio formaba parte de la cultura.
En Egipto se utilizaba como analgésico y calmante, extendiéndose su uso por Europa y Asia Menor.
En el siglo XIX y de venta en farmacias era muy utilizada en farmacología.
En 1805 se sintetizó la morfina y empezó a comercializarse por los laboratorios Merck a partir de 1827.
En 1855 con la inyección hipodérmica se sustituye al opio en los tratamientos médicos.
Años más tarde, 1874 se sintetizó la Heroína (Diacetilmorfina), fabricada por Bayer en 1833, era 5 veces más activa que la morfina.
En 1932 el Ministerio de Gobernación promulga un decreto por el que se prohíbe la importación y fabricación de diacetilmorfina y su clorhidrato, hasta entonces la heroína se había vendido como genérico a 5 pesetas el gramo.
A partir de principios del siglo XX algunos médicos empiezan a tomar conciencia del posible riesgo del consumo abusivo y repetitivo de los opiáceos.
Fuente:
Historia de las adicciones en la España Contemporanea» (miguel ángel torres, Joaquín santodomingo, Francisco pascual,
Francesc Freixa, carlos álvarez, ISBN: 978-84-612-8923-3Dep. Legal: V-386-2009.)